Este es un fantasmagórico viaje en ferrocarril a través de los páramos por donde cruza errante la sombra de Caín. Metáfora de una idea fallida de progreso, representante y facilitador de la Revolución Industrial, el tren potenció el colonialismo, la globalización y las catástrofes medioambientales, contribuyendo así a conformar la identidad y el destino del mundo en el que vivimos.
En este recorrido infinito hay estaciones abandonadas, como estaciones en un viacrucis sin esperanza de salvación. El traqueteo del tren se acompasa al tambaleo de los costaleros cargando un peso enorme e invisible. Pero en la épica contemporánea las leyendas son otras.
Hombres solitarios que luchan contra la naturaleza y contra los otros hombres en un mundo donde todo está permitido. Tierra, muerte, violencia y avaricia hasta que el mundo se acabe. Las vías se extienden al paso de los pistoleros, para facilitarse mutuamente el camino. Ambos instalan la piedra fundacional del neoliberalismo más salvaje. Un camino de polvo, sudor y hierro.
Vídeo, 41′
